-Es injusto-
-¿Me hablas a mi?-
-¡No, a la heladera!
-¿En serio? ¡Sos mi alma gemela! Nunca antes había conocido a alguien que hable con la heladera como yo.
-No hablaba en serio.
-No seas tonto, no tenés porque avergonzarte. Todos tenemos nuestras locuras, jajaja, si no no estaríamos acá.
-No estoy loco. Me internaron por otro motivo.
-Ah ¿sí? ¿Y por qué motivo si se puede saber?
-No lo entenderías
-Probáme
-Estoy estresado, vengo pasando una etapa difícil, un poco alterado y ya creen que estoy loco…
-¿Viste hela? Cree que no está loco… Sólo alterado
-¿Quién es hela? Acá estamos sólo vos y yo, y mi nombre es Horacio.
-Horacio, estamos charlando, no interrumpas.
-Conmigo estás charlando, ¡ya te dije que no hay nadie más acá!
-Alguien está celoso…
-¡Dios, solo a mí se me ocurre intentar razonar con un desquiciado!
-A desquiciado no lo conozco, ¿me lo podrías presentar?
-¡Vos sos un desquiciado y me vas a desquiciar a mi si sigo hablando con vos!
-Ah, ya entiendo, ¿preferís hablar con la heladera en vez de conmigo?
-¡Sí!
-¡Lo sabia! ¡Te dije que eras mi alma gemela!
Casi acabo desquiciado.
ResponderEliminarVoy a hablar con mi heladera (aquí le llamamos nevera o frigorífico).
Besos.